El juego para el ser humano es una actividad que es elemental, desde la niñez a la vejes pasamos por muchos juegos, pero cuando se trata hacer recreación para la iglesia ¿cómo se debe hacer? La sana y correcta recreación es más que solo diversión pero claro que debe ser divertida; esta, contiene 3 partes fundamentales, el propósito, la destreza física y la destreza mental.
El propósito:
Toda actividad recreativa debe tener un propósito, es decir, un objetivo, una razón para jugar y no solo jugar por jugar. Como líder tienes que tener claro el propósito de cada actividad, si es para que los jóvenes se conozcan, aprender alguna lección como el trabajo en equipo, aprender el valor de las personas, o cualquier otro objetivo. Esto es vital, ya que siempre durante las recreaciones aparecen preguntas y situaciones que pueden cambiar el juego (como personas que tienen alguna discapacidad para la actividad), pero si tienes claro el propósito, puedes modificar el juego para poder solucionar estos problemas con una meta claraDestreza física:
Las actividades recreativas además también deben contener elementos que potencien al joven a desarrollar su capacidad física y matricidad. Recuerda siempre observar el rango de edades ya q no puedes poner la misma carga física a un joven de 20 años a un niño de 8. un ejemplo de esto, es que si vas a hacer rondas de preguntas como actividad, agregas destreza física, haciendo que quien quiera responder debe ponerse de pie, correr, pasar debajo de algo, etc.
Destreza mental:
Jamás hay que olvidar, en una recreación, incluir actividades donde se desarrolle la destreza mental, o mejor aún, modificar los juegos para que también se use el cerebro. Por ejemplo: si el juego es un tipo de circuito con distintas actividades físicas, como correr, saltar, etc. pone entremedio acertijos, memorización de versículos o preguntas bíblicas.
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